Esto permite llevar a cabo unos controles de calidad y trazabilidad (Leer nuestro artículo sobre trazabilidad) de los productos como nunca antes: garantiza que todas las partes de un pedido o todos los componentes de un producto son correctos y esto redunda en una mayor calidad en el producto final que llega al consumidor. Sus aplicaciones son críticas en salud, informática, industrias pesadas, etc.
Sobre el papel, se trata de un proceso sencillo en el que un láser elimina físicamente una capa de material, lo que expone una cavidad o imagen visible al ojo humano. La clave es que este proceso no daña la estructura del producto y que, con la maquinaria adecuada, se puede realizar una gran cantidad de repeticiones en casi cualquier tipo de metal en un periodo de tiempo relativamente corto.
Pero, si hay un sector industrial en los que el grabado láser está ganando importancia hasta ser fundamental, es el de la identificación de seguridad. Su empleo va desde las tarjetas de identificación hasta documentos sensibles que requieren de medidas de protección extremas.
También es una herramienta indispensable para todas aquellas empresas industriales que buscan mejorar sus operaciones: el grabado láser les permite trabajar con números de serie, fechas, horas, números de piezas, códigos de identificación de piezas, marcas de códigos de matriz de datos, códigos específicos de cada sector e, incluso, marcas comerciales complejas.
Su resolución es tan alta que la pueden leer sin dificultad escáneres de códigos de barra, escáneres RFID así como otras herramienta de gestión de inventarios. Su papel, en este caso, es indispensable para ayudar en la prevención de pérdidas y mantener mayores niveles de seguridad en la gestión de stocks.
Como resultado, sectores como la robótica, la impresión 3D, la gestión de almacenajes, banca, seguridad, sectores con alta demanda de calidad y trazabilidad como la automoción o la aeronáutica emplean el grabado láser para proporcionar una capa extra de seguridad a sus negocios.